Antes de convertirme en docente, como muchos, fui un alumno. Sin embargo, sigo siendo estudiante porque entendí a tiempo el problema: "El problema no es ser un mal estudiante durante la universidad, sino lo que sucede después". Es decir, si nos conformamos únicamente con lo aprendido en una etapa de nuestra vida que nos otorgó un título o diploma y no continuamos preparándonos a lo largo de la vida, tarde o temprano nos encontraremos sin las herramientas y capacidades necesarias para enfrentar desafíos y retos mayores. En Hijos del Rey, he aprendido a organizarme y planificar de manera objetiva, no disparando al azar como con una escopeta, sino como un francotirador que tiene un blanco fijo.
Si te preguntara en este momento, "Además de en Hijos del Rey, ¿qué estás estudiando ahora?", ¿qué me responderías? Tal vez estés leyendo un libro sobre cómo ser un mejor padre, líder, esposo, o quizás tomando un curso bíblico, un diplomado para mejorar en tu profesión... o incluso viendo tutoriales en TikTok sobre cómo crear diseños publicitarios para la iglesia.
Las preguntas pertinentes hoy en día son: ¿Qué estás estudiando ahora?, ¿Por qué? y ¿Cómo lo estás haciendo?
Estoy en Hijos del Rey porque busco identidad y propósito para mi vida, y deseo que esto tenga un impacto en mi familia, iglesia y entorno como hombre cristiano. Lo hago levantándome de madrugada y accediendo a través de una plataforma en línea, con mi manual de guerra, videos devocionales, lecturas, desafíos y llamadas de éxito con un grupo de hombres con el mismo objetivo.
Por tanto, no continúes siendo un mal estudiante; estudia hasta el último de tus días.